Propuesta 124 – Taller de CREATIVIDAD LITERARIA

taller de creatividad literaria-124Hoy de nuevo vamos a dejar que fluyan las palabras sin pasar por el filtro de la razón.

 

Observad durante un rato la imagen surrealista que hay debajo de este texto y escribid a continuación todo lo que os venga a la mente, aunque sean palabras sueltas.

 

No intentéis que sea un texto con coherencia, dejad que fluya vuestro subconsciente para encontrar ideas originales.

El texto que enviéis no debe tener más de 2.000 caracteres.
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Recordad que para contar los caracteres de un texto, podéis usar el menú Herramientas de Word o cualquier contador de caracteres en línea como estos:

 


Enviad vuestros textos en el espacio para los comentarios.

Para ver todo el taller de Creatividad literaria, pulsa AQUÍ.

 

 

Imagen para la propuesta 124

imagen taller de creatividad literaria

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El libro de mis buenos momentos

EL LIBRO DE MIS BUENOS MOMENTOS
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Un libro para escribir
más de quinientas situaciones que te ayudarán
a recordar los mejores momentos de tu vida.
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 Este libro es una herramienta para capturar con palabras nuestros buenos momentos contando las sensaciones que nos hacen vivir y los detalles necesarios para evitar que caigan en el olvido.
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Contempla unas quinientas situaciones que todos hemos vivido o viviremos, con varias preguntas para cada una de ellas cuyas respuestas nos permitirán captar y disfrutar con más intensidad esos instantes irremplazables.
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libros para escribir y luego leer

  4 comments for “Propuesta 124 – Taller de CREATIVIDAD LITERARIA

  1. Naddia
    8 enero, 2018 at 02:55

    A veces levito mirando al Norte. Y siempre paralela al primer tramo de escaleras de la Biblioteca. Querida Mente Universal: no se puede solucionar un problema con el mismo nivel de pensamiento que lo creó. Por eso metí a mi hija en una burbuja y al día siguiente estaba de vuelta en casa. No era esa la solución que yo esperaba y empecé a levitar. Cada día un poco más. Cada día un poco más alto.
    De cada tres mil ideas, una es aceptable. Por eso miro al techo, siempre liso, siempre equilibrado. Un día quise poner la mente en blanco para relajarme, pero se me puso un punto en la espalda y me enganchó la reflexología podal. Empecé con la cabeza y después quise arreglar la columna. A Belén le gustaba la técnica, pero se fue y me quedé mirando al techo aunque inclinada unos treinta grados. Necesito un lápiz blando para pintar algunos trazos de mi vida. Sobre todo negro, pero también alguno rojo. En el cementerio las hojas se han puesto azules. Cuando voy a quitar el ramo, me quedo entusiasmada con las ramas azules y las dejo un poco más. Pobre papá ¿estará contento? A él le gustaba el azul, pero es mucho tiempo. Me propongo cambiar el ramo. Eso supone dos viajes.
    Al final la Humanidad se divide en dos grandes grupos: los que creen en los Reyes Magos y los que no. Los primeros creemos que un punto de magia siempre ilumina cualquier vida, en cambio los que no… pobres, no voy a criticarlos, ya bastante tienen.
    Desde que levito me preocupa menos la accesibilidad. Algún día todos levitaremos por encima de las escaleras y digo más, algún día todos levitaremos por encima de nuestras posibilidades.

  2. Olalla Alonso Álvarez
    8 enero, 2018 at 18:17

    ¿Vertical? ¿Horizontal? Diagonal. ¿Juventud, divino tesoro? Rubén Darío. ¿Hombre? Mujer. ¿Morena? ¿Rubia? ¿Castaña? Pelirroja. ¿Gorda? Delgada. ¿De colores? No. ¿Blanco y negro? Sí. ¿Moderno? Clásico. ¿Barrotes? Sin libertad. ¿Luz reflejada? Hay esperanza. ¿Suelo? Techo; ansias de llegar más alto. ¿Gravedad? Magnitud. ¿Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo? Arquímedes. ¿Columna? Robusta. ¿Escaleras hacia abajo? Escaleras hacia arriba, hacia el cielo, huyendo del infierno. ¿Cielo? Libertad. ¿Infierno? Estancamiento. ¿Mirada? De anhelo. ¿Anhelo de qué? De volar, de escapar, de huír. ¿Volar? Un sueño sin realizar. ¿Escapar? Irse de donde uno está pegado. ¿Huír? Ojalá.

  3. Trinidad.
    9 marzo, 2019 at 23:28

    Miraba la luna, acostaba en el vacío de la escalera de mármol, mirando la nada, tendida en el aire.

    No era una ilusión o algo por el estilo, ella estaba ahí, flotando como si fuese lo mas normal del mundo.

    Sus cabellos de fuego caían en el viento que no había, ella caía en una duda existencial que tampoco estaba ahí. ¿Que era real y que no? ¿A que llamamos realidad? Quizás todo era un maldito engaño, digno de un novelista.

  4. Paula min
    10 febrero, 2021 at 04:28

    Pero si ya lo decía yo. La musa, tantas veces soñada en las obras del poeta, se mecia tan vilmente en sus sueños y en la realidad que lo atormentaba todos a los días. Era tan vago el recuerdo que apenas le dolían loa pómulos y los huesos y cada célula de su ser. Sólo un poco, decía y mañana voy a sentirme mejor. Pero mañana ya era hoy y se sentía peor que ayer. Mucho peor.
    Y si no era ella? Y si era su mente, que acostumbrada a vagar en las remembranzas, había olvidado usar el interruptor que desconecta los sueños?

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