Propuesta 174 – Taller de CREATIVIDAD LITERARIA

taller de creatividad literaria-174Los refranes y dichos populares son una fuente inagotable de inspiración para escribir.

.

En esta propuesta tenéis que redactar con un máximo de 2.500 caracteres una historia basada en el siguiente refrán:

.

Siéntate a la puerta de tu casa y verás el cadáver de tu enemigo pasar.


.
Para que la historia resulte coherente, intentad que, aunque sea de forma breve, contenga la presentación de lo que va a ocurrir, el nudo de la historia y el desenlace final.

.

 

Por si alguien no recuerda en qué consisten estas partes de la estructura interna de la narración, podéis repasarlo AQUÍ.

 

.

Recordad que para contar los caracteres de un texto, podéis usar el menú Herramientas de Word o cualquier contador de caracteres en línea como estos:

 

 

 

Enviad vuestros textos en el espacio para los comentarios.

 

Para ver todo el taller de Creatividad literaria, pulsa AQUÍ.

.

.

El libro de mis buenos momentos

EL LIBRO DE MIS BUENOS MOMENTOS
*
Un libro para escribir
más de quinientas situaciones que te ayudarán
a recordar los mejores momentos de tu vida.
*
 Este libro es una herramienta para capturar con palabras nuestros buenos momentos contando las sensaciones que nos hacen vivir y los detalles necesarios para evitar que caigan en el olvido.
*
Contempla unas quinientas situaciones que todos hemos vivido o viviremos, con varias preguntas para cada una de ellas cuyas respuestas nos permitirán captar y disfrutar con más intensidad esos instantes irremplazables.
*
libros para escribir y luego leer

  4 comments for “Propuesta 174 – Taller de CREATIVIDAD LITERARIA

  1. Sandra Carrion Estay
    5 marzo, 2017 at 23:28

    Sièntate a la puerta de tu casa y veràs el cadàver de tu enemigo pasar.

    Ana y Edith; son 2 mujeres adultas, casadas y con hijos ya adolescentes. Son vecinas y amigas, pasan los fines de semana juntas, celebrando cualquier cosa, en la casa de cualquiera de ellas. Con màs frecuencia se reùnen en la casa de Ana, porque su marido, se fue a trabajar fuera de la ciudad, al otro extremo del paìs y èsta parece necesitar la compañia de su amiga.
    Ana comenzò a trabajar despuès de los 40 años, por una necesidad imperiosa de generar recursos para dar de comer a sus hijos, ya que su marido estaba cesante hacìa mucho tiempo y no conseguìa empleo y por lo mismo se fue a otra ciudad. La relaciòn de pareja de Ana, iba de mal a peor. Su amiga Edith y el marido de èsta, que empezò a visitar la casa de Ana con frecuencia. Ellos invitaron a Ana a pasar unos dìas en el sur del paìs, Chiloè, y cuando regresaron, Edith, venìa con ataque de celos.
    Con la cercanìa de Ana y el marido de su amiga,

  2. Sandra Carrion Estay
    6 marzo, 2017 at 01:03

    Con la cercanìa de Ana y el marido de Edith, su amiga, despertò en ellos un fuerte deseo sexual. Una atracciòn fìsica que no les fue posible controlar, y se convirtieron en amantes. El marido de Ana volviò, sin trabajo y sin plata. Ana y Edith seguìan siendo amigas, pero con la sospecha de Edith, que no se atrevìa a aclarar nada. Los comentarios en el barrio fueron aumentando, hasta que llegaron a oìdos del marido de Ana: y èste enfrentò a ambos.
    Ana se separò de su marido y a Edith la dejò el suyo, y luego de un año se fueron a vivir juntos.
    Edith no se conformaba con la separaciòn de su marido y visitò a cuanto hechicero le indicaron, para pagar por supuestos maleficios hacia Ana, hasta que una tìa muy querida por ella, la convenciò de que existe un refràn que dice «sièntate a la puerta de tu casa y veràs el cadàver de tu enemigo pasar» y que los refranes algo cierto deben decir, ya que permacen a travès del tiempo.
    Ana enviudò despuès de dos años. Jamàs le han propuesto matrimonio, jamàs ha querido divorciarse èl, nunca la ha tratado como la esposa. En el trabajo de èl conocìan a otra mujer, que no era Edith, ni Ana, como la mujer de èl, y tiene una hija con esa mujer.
    Ana tiene 2 hijas que se enfermaron ya adultas y padecen de una extraña enfermedad que las ha ido incapacitando, tiene un nieto con paràlisis cerebral, ella està casi ciega y èl tiene cancer de pròstata hace como 10 años y una pierna casi rìgida, y Edith pasa la vida sin sobre saltos de ningùn tipo.

    • Naddia
      22 septiembre, 2017 at 15:11

      Hola Sandra: Explicas muy bien el sentido del refrán. Me costó al principio pilllar quién era cada uno, quizás porque los respectivos maridos no tenían nombre y al hacer un cierto intercambio, me resultó algo confuso, sobre todo la frase: << Con la cercanìa de Ana y el marido de Edith, su amiga, despertò en ellos un fuerte deseo sexual. >> Reconozco que la primera vez que la leí pensé en un ménage à trois. Lo siento, no es culpa tuya, pero es lo primero que se me suscitó. Después la justicia divina va cargando la mano sobre estos infames, pero me pregunto si no será algo excesiva. El infiel marido de Edith no solo no ha querido divorciarse para casarse con Ana, sino que tiene una tercera mujer con niña. Tremendo. Y hasta ahí yo creo que era suficiente justicia divina, pero a mayores nos encontramos con que las hijas de Ana tienen extrañas enfermedades incapacitantes y el nieto parálisis cerebral. Y además, el triple infiel ( me queda la duda de si sigue con Ana, con la tercera o con ninguna) no solo tiene un cáncer, sino que le ha quedado la pierna tiesa. Hay que reconocer que haces un alegato muy firme contra la infidelidad. Enhorabuena.

  3. Alenka
    22 mayo, 2018 at 19:05

    Cada tarde, después de clases, Lucas se encerraba en su habitación e imaginaba que salvaba al mundo con uno de sus inventos. Así había sido su vida desde que recordaba. Al principio, una manera de evadir la violenta realidad de su casa donde su padre no hacía más que beber y su madre no hacía más que llorar, a veces sin sentido aparente, a veces por los golpes que recibía. De pequeño, sus aventuras imaginarias solían estar llenas de superhéroes que venían de planetas lejanos y lo rescataban de esa casa, algunas veces rescataban también a su madre, pero eran las menos.
    Con los años, su imaginación creciente y su necesidad de salvataje, lo llevaron a inventar historias más reales, personajes que quién sabe, algún día podrían aparecer: una asistente social, un amigo, un pariente lejano, un padre biológico distinto tal vez. Esa última historia era su favorita, la había repetido una y mil veces, con distintos nombres, distintos rostros pero siempre con manos amables que lo alejarían de su realidad.
    Un día en clase de literatura, el profesor les hizo reflexionar sobre una frase que llamó poderosamente su atención y ya no pudo quitar de su cabeza: “Siéntate a la puerta de tu casa y verás el cadáver de tu enemigo pasar.”
    No sabía muy bien porqué, pero creía que era una frase equivocada, que las cosas no suceden si no hacemos algo para lograrlo, que por más que quisiera, no iba ver cómo su padre desaparecía un día, mientras él estaba sentado en el zaguán.

    El tiempo se encargó de demostrarle cuán real era esa frase, el día que su padre decidió que no bastaba con golpear solo a su mujer. Se abalanzó sobre Lucas mientras él sentado, tranquilo, leía; y en un instante que pareció eterno, cayó ebrio sobre la mesita ratona que con su borde terminó con su vida.

    Lucas no pudo evitar recordar aquella frase mientras, suspirando, le daba la razón.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


*