La experiencia que tenemos, todo lo que hemos vivido, es también una fuente de inspiración para escribir.
Por eso, hoy os proponemos que redactéis un relato breve con una extensión máxima de 1.500 caracteres basado en un viaje real que hayáis vivido vosotros.
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Por la carretera que avanzaba rompiendo las montañas, llegamos a esa hacienda oaxaqueña. Nos recibieron ahumados en un solemne silencio, nos señalaron nuestra habitación, donde desempacamos, intercambiamos sorprendidas miradas, y salimos a encarar la aventura que apenas comenzaba. En la terraza, dispuestas en círculo había una veintena de sillas, casi todas ocupadas ya. Tú te acomodaste frente a mi, en el otro extremo del circular encuentro. Nuestras miradas se contaron secretos, intercambiaron deseos, acordaron citarse en la piel al caer la noche. Johen, al frente del grupo, nos pidió conectar con nuestro ruido primario, dejarlo crecer dentro de nosotros, hasta que surgiera como explosión volcånica. El silencio fue cayendo a los pies de tantos sonidos, y entre todos, distinguí con claridad el tuyo. Fuiste lobo, un lobo salvaje, un lobo libre, natural, descabellado. Yo fui aleteo y vuelo. Fui el sonido quedo del pájaro a lo alto. Tus ojos y los míos volvieron a encontrarse, y mirándonos al sonar nuestras respectivas gargantas, anudamos en la distancia nuestras manos. Te amo. La noche cayó de pronto separando en rico es al grupo. Tu y yo nos apresuramos a cobijarnos en un desnudo abrazo bajo las sábanas que nos habían dado. A la madrugada siguiente, fuimos despertadas, llamadas a la vida por el caracol. Acudimos medio dormidas aún, pero presurosas. El grupo estaba ya reunido, la danza por dar comienzo. La anciana vestía su tradicional traje de conchera, ya tambor en mano, nos enseñó el ritual de agradecimiento por la vida, de saludo a la mañana, y la danza con la que nos despedimos del ayer. Y así danzando, danzando, fuimos suaves ramas dejando pasar entre nosotras al viento. Y danzando, llegamos al cansancio pleno. La tarde nos trajo un camino nuevo. Preparamos en la tierra la serpiente, en la fogata los abuelos, y la mente el silencio. Traspasamos el umbral, y volvimos al vientre de la vida, al centro de la tierra, al ardiente estadío del temazcal. Te amo. Puerta a puerta, salvadas por un que otro trago de hierba, alzadas en vuelo por el peyote y refrescadas por la humedad que continuamente se renovaba, traspasamos las vidas, una a una, las metas, las muertes… Y por fin el vientre ante nosotros se abrió dándonos salida a la nueva vida. Una cascada de agua fría y flores nos cayó encima. Los concheros nos recibieron con cantos y festejos, con fruta, con agua, con la risa suelta. Nos miramos, tu y yo, nos amamos. Retornamos a la cuidad extenuadas y en silencio, dejando nuestras mentes reposar en lo suculento de haber compartido un viaje físico y astral. Te amo. 12 años de esto han pasado y aún me sigue iluminando todo lo vivido, lo compartido, en ese rincón de Oaxaca. Y la claridad que conservo se mantiene inalterable: Te amo.
Azul, está claro que vas por libre, que no reparas , ni te ciñes al número de caracteres ó palabras , que solo tomas en cuenta la propuesta en tanto al tema planteado … Ello no sé si es lícito , lo que sí sé , es que el lienzo que dibujas con tus palabras , llevan tu sello . Expresas muy bonito.
Tienes razón, para nada me he tomado el tiempo del conteo. Estoy en un hospital público en el que no nos dejan ingresar los ipads ni celulares, así es que lo hago de «contrabando». Le enfermera me lo presta de noche, escribo råpido y lo envío sin más tardanza que eso. Tomaré más en cuenta este detalle. Gracias
El constante vaivén, acompañará implacable el recorrido, salpicado de sonidos familiares para los cansados usuarios del tren…Chillarán las vías y las desvencijadas puertas se quejarán una y otra vez, al abrirlas con desdén los desamparados viajeros. Son diez horas las que viviré acompañada de este entorno, pero con un telón de fondo que representará delante de mis ojos, una inagotable función titulada » El Altiplano de los Andes «…
Los colores iluminan en toda su intensidad estas montañas inenarrables. El itinerario comienza serpenteado de todas las tonalidades inimaginables de dorados ocres, salpicados de alpacas, vicuñas, ovejas, vacas, caballos… campando a sus anchas, como auténticos Reyes de estas tierras, en las que sólo la presencia de las montañas parecen intimidarles.
Vamos ganando altitud, hasta el punto más alto 4358 metros. Poco a poco las montañas se han dibujado con más definición ante un cielo azul intenso, y sus dorados ocres han ido tornándose a la más variada gama de al principio tímidos verdes, hasta ganar en intensidad a un agreste paisaje.
Cansadamente la máquina que arrastra los polvorientos vagones, una y otra vez a resollado, para finalmente parar al pie de una decena de ansiosas poblaciones. La voz del tren ha callado para dejar paso a voces cantarinas. Unas y otras se atropellan intentando vender sus precarias viandas. Los niños ríen y saludan, los ancianos dejan caer sus ojos desinteresados, ante una visión a menudo repetida en sus vidas… Unas vidas marcadas inexorablemente por la cordillera andina, que a lo largo de los siglos han conferido a estas gentes, un carácter afable y orgulloso.
El traqueteo del tren, ha sido la banda sonora que ha amenizado esta función, empiezan a aparecer las sombras, el sonido del tren se adormece.
Llegamos al » Ombligo del Mundo » Cuzco, cae el telón…
¡Cuzco! !tantas ganas de poner los pies y la mirada por allá!
Ha resollado , tenía hambre y me he comido la H jeje
Nos levantamos a la 6.0 de la mañana, tomarìamos el beneficio por aniversario de bodas, que nos otorga la caja de compensaciòn a la que estoy suscrita, y consistìa en un viaje a algùn centro recreacional de ellos, por tres dìas y dos noches. Comenzàbamos nuestro periplo. A las 7.30 de esa mañana subimos al metro que nos dejarìa en la entrada del terminal de buses interurbanos. Tenìamos los boletos que compramos por internet, asì que sòlo habìa que encontrar el andèn correspondiente. Abordamos el bus que nos llevò a la costa, en dos horas arribarìamos en Las Cruces. El viaje fue muy plàcido, no era una fecha vacacional, por lo tanto el bus no iba lleno y eso proporcionaba relajo tanto al conductor como al asistente. El paisaje, fuera de la ciudad, es grato: ves mucha zona verde, grandes extenciones de suelo con algùn cultivo, pequeñas parcelas con cabras, o caballos, o vacas. Cuando ya nos acercamos al balneario, vemos muchas zonas boscosas, el aire tiene un olor tìpico, a Eucalipto.
¡Llegamos!, nuestra cabaña, deben cambiarla por otra que se adecue màs a mi condiciòn de discapacidad, uso silla de ruedas. La cabaña que nos dieron es muy bonita, amplia; puedo moverme dentro sin problemas. El baño, al cual puedo entrar tambien con la silla, es un poco inseguro para mi, pero como estoy con mi marido, pasa a segundo plano. Al casino tenìa acceso por atras y la atenciòn fue estupenda.
Como la idea es pasear, fuimos a una playa cercana al lugar, a conocer la casa del poeta, Pablo Neruda. Nuestro primer escollo fue que el microbus, no tenìa rampa para subir con silla de ruedas, pero los chòferes de muy buena voluntad, bajaban ellos a tomarme en brazos, mientras mi marido se ocupaba de la silla. El segundo inconveniente fue que quise entrar a la casa-museo, de Pablo Neruda, no pude, no habìa acceso para la silla de ruedas. Olvidando estos inconvenientes por mi discapacidad, a los que ya me habituè y no me causan molestias, fue un buen paseo, conocì Isla Negra, Las Cruces, Cartagena… Son pequeños balneareos, que en època estival se llenan de gente.
Nos proponemos pasar un fin de semana en un pueblo de la costa brava catalana. Buscamos entre ofertas publicadas en “Busco un Chollo” y encontramos unos apartamentos muy bien de precio en Lloret de mar. Al principio descartamos esta población por la mala propaganda que se escucha en las noticias: turismo de borrachera, balcoling, peleas callejeras a altas horas de la mañana, robos, drogas, prostitución… después, leyendo algunos comentarios de familias que la habían visitado y pensando en que viajaríamos en fechas donde la ocupación era muy baja, cambiamos de opinión y nos aventuramos a realizar la reserva.
Los apartamentos disponían de muchos servicios que te permitían disfrutar sin salir del establecimiento: piscinas, SPA, gimnasio, pistas de tenis, animación infantil y de adultos…. Se encontraban cerca de una de las playas más tranquilas de la población: Fenals. El centro quedaba algo lejos, pero se podía llegar en coche o transporte público. Aparcar no era difícil puesto que no había mucho turismo por esas fechas.
Llegamos a Lloret sin muchos problemas, la señalización era buena y había poco tráfico. Encontramos los apartamentos fácilmente y no tuvimos problemas para estacionar el coche. La verdad es que el primer encuentro con la recepcionista, punto detonante que muchas veces marca como va a ser un viaje, no fue nada grato. La chica, lejos de ser cercana, se mostró fría y algo déspota. Suerte tuvimos de toparnos con el director del hotel que, viendo nuestras caras, se acercó para explicarnos el funcionamiento del complejo: horarios de comida, situación de los diferentes servicios, actividades de animación más valoradas por los clientes…. Aquello arregló un primer momento de bajón por nuestra parte. Por motivos personales viajábamos poco y queríamos disfrutar de esta escapada.
Lloret de mar es pueblo de costa que basa su economía en el turismo. Es la quinta destinación de son y playa en España con más de veinte nueve mil plazas hoteleras en más de ciento veinte establecimientos. La visitan más de un millón de turistas al año y llega a una cifra de cinco millones de pernoctaciones también anuales. La mayoría de ellas se dan entre los meses de marzo a septiembre con un incremento muy marcado en el mes de agosto. De los turistas que visitan la población el 33% son españoles, el 22% franceses, el 9% británicos, el 8% alemanes, el 4% belgas y el 4% polacos. Nos sorprendió gratamente saber que fomentan con esfuerzo el turismo familiar y el deportivo para intentar cambiar el modelo que les ha dado tan mala fama. Así pues, de momento en la población, conviven turistas buscando diferentes beneficios. Es cierto que todavía existen muchos que vienen para disfrutar del ocio nocturno. Para ello tienen toda una avenida llamada Justa Marlés llena de discotecas y bares. También los pueden encontrar en las zonas más antiguas de la población. Por otra parte, si son familias las que quieren disfrutar de ella, tenemos playas, comercio, restauración y visitas a diferentes monumentos.
El turismo de deporte también puede disfrutar de una amplia variedad de instalaciones deportivas. El pueblo en general se encuentra muy concienciado en este sentido. Se realizan diferentes actividades como maratones de running en diferentes momentos del año, muchas son de carácter solidario. Es un reclamo para muchos corredores de la zona. Se realizan campeonatos de hockey, futbol sala y base, voleyboll, taekondo, etc.
El senderismo también es un atractivo de la zona. Existen muchas rutas por diferentes paisajes. Lloret tiene la suerte de vivir entre mar y montaña. Así que se puede caminar por los caminos de ronda (alrededor del mar) o por dentro de los bosques y pequeñas montañas (ruta a Sant Pere del Bosc). Estas actividades también son dirigidas y los acompañantes suele explicar la historia del pueblo y de los monumentos que se van encontrando por el camino. Por ejemplo, en Sant Pere del Bosc, encontramos en la actualidad un hotel que anteriormente había sido un convento benedictino reconvertido en un sanatorio. Un paraje con un misterio particular. Merece la pena llegar a hasta él y conocer su historia.
Si te gusta la moda y el shopping, como es mi caso, tienes la calle más importante de la villa, el Carrer Sant Pere, lleno de tiendas de diferentes marcas. Por lo visto, se ha mejorado mucho esta zona. Anteriormente se vendían souvenirs. Ahora existe gran variedad de establecimientos de compra y muchos bares de tapas. Algunos típicos de Lloret de mar, con mucha historia. Es el caso del Bar Parada, El Romaní, Bar Mary… Encontramos también charcuterías como El Planet con más de 100 años de historia, donde trabaja la cuarta generación de la familia. En aquella zona existe un olor a embutido tan tentador que es casi imposible no entrar a comprar algo.
En la iglesia de Sant Romà encontramos la capilla del Santísimo que es un legado de un «indiano» del pueblo, presenta una cúpula modernista decorada con tejas de cerámica vidriada de colores. Los indianos fueron catalanes que inmigraron a América en busca de fortuna. Volvieron a Lloret con ella, y construyeron magnificas casas señoriales como por ejemplo la casa Font y la casa Garriga. La construcción y la decoración de esta capilla la pagó en exclusiva uno de los más ricos de Lloret, Narciso Helados. Habiendo levantado su imperio a Cuba, Narcís no retornó nunca a su pueblo de origen, pero envió todo el dinero necesario para sufragar la construcción de la capilla en 1916.
Viajando con niños, necesitamos conocer leyendas del pueblo para poder acercarlos a los monumentos. La que más nos gustó fue la Historia de la Mujer Marinera, de la cual hay un monumento en la playa grande de Lloret de mar. Según cuenta la tradicional leyenda en torno a la estatua; hay que tocar su pie derecho mirando al horizonte y pedir un deseo para que se cumpla. Realidad o ficción, no deja de ser una brillante historia que no hace más que otorgar más magia a la localidad.
De las Calas más bonita de la población tenemos La Boadella. Su principal atractivo es la tranquilidad que se respira en los escasos 250 metros de longitud. En esta playa el viajero puede contemplar un paraje prácticamente virgen. Cala Sa Boadella combina el encanto y las aguas cristalinas de las pequeñas calas de la Costa Brava y los espacios de las playas más amplias. Hay una parte de ella que es nudista. Así que aprovechamos el momento para disfrutar de unos de los placeres más gratificantes que nos puede dar la vida: bañarnos desnudos en el Mar Mediterraneo.