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Imagen para la propuesta 46. |
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Cabizbaja te paras a llorar
pierdes la noción del tiempo y del espacio
Tu cuerpo adormecido se frustra
mientras tu esencia sigue proyectándose en tu sombra
Inmóvil morirás !!!
No sigas enroscándote en la pena
distiende tu silueta
No dejes de luchar, de crecer
de estrechar lazos contigo misma
de abrazarte , de creeer en ti
Vuela, vuela sin miedo
exprime gota a gota la vida
ríela, cántala, báilala
Si sientes que tu cuerpo flaquea
regálale el aliento de tu alma
Actúa, siente, muévete
abre los ojos y respira la vida
Los cielos nublados de tu espíritu
son ahora nítidos
Planea libre, el horizonte espera
creo que esto es lo que más me ha gustado de tus letras…
Zarpazos da la vida. Zarpazos de verdad. Me dejan devastada, me arrancan la ropa, me zarandean y quedo en un estado tal de vulnerabilidad que no quiero ni mirar al mundo. Lo que quiero es huir de mi misma, de mi propia historia. Quiero abrir un hueco en la arena, meterme muy dentro, y dejar de respirar. Quiero salir de esta vida, escapar de mi cuerpo, dejar la mente y los recuerdos. Romperme en mil pedazos, ser arrasada por el viento, ahogada por el mar. Me siento tan solo como una sombra, un sin sentido. Sin embargo no logro matarme, acabar con la hilación de mis días, porque algo muy dentro mío aún lleva el impulso para desplegar las alas, para remontar el vuelo. No sé si se trata de mi, o si es la vida quien lleva ese movimiento, lo que tengo claro es que sienta lo que sienta hoy, queda para mi una minúscula esperanza, y por tanto, he de seguir…
¡De nuevo crucificada! Las oscuras sombras me delatan. Esta sensación que me secuestra, cada vez que me abandona el alma. Y no quiero mirar la gris realidad frente a mí, donde sólo queda el dolor.
El sol me ha dado la espalda y construye mi sombra en retazos de instantes congelados. Las inmensidades se abren a mi izquierda y a mi derecha arrebatando mis pasos ¿Por qué me dejan petrificada? ¿Por qué se llevan mi voluntad y el deseo de mirar?
La aridez ha comenzado a despojar mis ropas y mi alma, descubierta, ha huido en vuelo rasante mientras me encuentro crucificada con mi sombra. Ahora sobran los inútiles “por qués”… Hay tantos como los recuerdos de aquel hombre tocándome sin que yo lo quisiera, como las agresiones de mis padres en medio de sus adicciones o como el violento abandono de mi esposo en brazos de aquella niña.
La tarde acaricia mi rostro y le pinta huellas sin retorno.
En medio de esta soledad, temo la llegada de la noche y solo me puedo aferrar a la esperanza de que regresará mi alma con nuevos amaneceres. Sé que me enfocaré más en la luz, que en las sombras y la vida, por fin, tendrá color.
Ella,
La que sólo creía en el amor a quemarropa,
La que de noche sólo vomitaba besos de gasolina y negaba su amargo sabor al despertar,
La que huía de las luces buscando las sombras,
La que pensaba que la luz sólo se encuentra en la oscuridad,
La que comía corazones ajenos, mientras dejaba el suyo a resguardo de cualquier tempestad.
La que sentía que era su cerebro el que dictaba las reglas del juego.
Ella,
Ahora está frente a mí, a plena luz del día. Su corazón le ha declarado la guerra y le ha rasgado la ropa exigiendo su propia libertad. Ha derrumbado los cimientos de su mundo en la batalla, pero allí sigue, en pie, no aparta su mirada, aunque siento el frío de su miedo en la distancia.
Ven,
No tengas miedo. Si me dejas, entre mis brazos encontrarás la sombra que buscas para cobijarte. Déjame enseñarte el sabor de los besos de caramelo y el dulce aroma del café al despertar.
Ven,
Que quiero arañar ese corazón tan intacto que llevas, y resquebrajarlo de vida.
Las cosas se mezclan, crean visiones de fantasías donde solo hay una persona desolada que desquita sus penas.
La virtud de la imaginación, el toque novelista como le digo yo. Tienden a formular ideas demasiado descabelladas de algo que es tan simple como sumar. A veces solo tienen que ver lo que tienen delante, para darse cuenta de que la ilusión nunca existió, solamente es un producto de tu mente.
Un engaño, una mentira.
Fáciles de descubrir si sabes poner atención, necesitas las células grises, no mires…observa.
Toma nota de cada detalle, los olores, matices de tonalidades, descripciones tan básicas que la gente ocupa cada vez menos, ahora es todo tan literal… la poesía ya no llega, y cuando lo hace no es recurrente o le falta su chispa.
¿Que quería contar? Hasta yo me perdí, en medio de mis pensamientos, comencé a caminar por medio de mis lagrimas que quieren suicidarse, ya están secas.
Hoy mis lagrimas quieren la muerte, acurrucarse en mis mejillas y guardarse para llorar sin fin.
La desgracia se apoderó de Beatriz al darse cuenta de que no estaba viva, y que se había transformado en una especie de ángel del infierno, capaz de acompañar a las personas con más maldad en este planeta. Esta sería su misión a partir de ahora, reclutar a un ejercito de seres del mal, entrenados para conseguir dominar el mundo y derrotar por fin a los seres de luz. La rivalidad entre ambos grupos se data desde hace más de 2000 años, fecha en que un pastor de ovejas en la ciudad de Curian, logró abrir la puerta hacía la dimensión Zeta. Se desconoce como llegó a contactar con el más allá, algunos afirman que debido a su cruel infancia, había conseguido desarrollar habilidades extraordinarias para conectar con seres imperceptibles para el resto de la humanidad y que sin saber cómo, había logrado encontrar el nexo de unión entre nuestro mundo real y uno totalmente desconocido. Con la ayuda de su séptimo sentido, los habitantes de la dimensión Zeta habían penetrado en la nuestra y encontraron un lugar ideal para reclutar soldados.
Los humanos que cumplieran con las reglas establecidas por el Emperador Fabian VI (nieto del pastor de Curian), conseguirían formar parte de los Seres de Luz, llegada su muerte. Mientras que quien las incumpliera, pertenecería a los Angeles del Infierno.
A partir de ahora, Beatriz no volvería a ver a su familia por haber cometido un acto impune en el reino de Ronawa. Ahora vestía como los seres oscuros, con una única falda negra de vuelo, con la parte superior desnuda. Nunca más volvería a llevar el pelo suelto, ahora quedaba recogido en una trenza que a su vez, se unía al coxis. No había forma de liberarse de esa condena. Pese a tener alas, nunca podría volar, porque no formaban parte de su cuerpo si no de su alma y por tanto, sólo servían para recoger a otras personas oscuras. La propia ansiedad y tristeza, la transformarían en un personaje delgado y encorvado, con huesos muy marcados. Sus vertebras atravesarían la piel de la espalda quedando expuestas al exterior. Su piel cada vez más blanca y frágil, quedaría completamente arrugada. Finalmente nadie reconocería a Beatriz.
A su lado una gaviota la guiaría a través del mundo real hasta encontrar a otra persona que como ella, hubiera incumplido las reglas. Llegado ese punto, la envolvería con sus alas transformándola en un ser oscuro.
Ahora, por mucho que llorara o que gritara, no podía librarse de su condena. No debía haber matado a Adriana, era un ser de luz en el reino de Ronawa.