Propuesta 7 – Taller de CREATIVIDAD LITERARIA

taller de creatividad literaria-7Otro tema frecuente en la literatura universal que está muy unido al del amor es el tema de los celos.

 

Escribid un texto con la forma y el género que queráis de no más de 300 palabras sobre los celos y la desconfianza.

 

Recordad que para contar las palabras de un texto, podéis usar el menú Herramientas de Word o cualquier contador de palabras en línea como estos:

 


Enviad vuestros textos en el espacio para los comentarios.

 

Para ver todo el taller de Creatividad literaria, pulsa AQUÍ.

taller de novela-

TALLER DE NOVELA
presencial en MADRID
Jueves
de 19,30 a 20,45
Zona Retiro
Grupos reducidos
El objetivo de este taller es guiar a los participantes en el trazado, la planificación y la redacción de su propia novela.

 

 

 

 

  37 comments for “Propuesta 7 – Taller de CREATIVIDAD LITERARIA

  1. Azul Bernal
    11 septiembre, 2016 at 03:06

    Llegó noche, pero yo aun le esperaba. Me había sentado en el sillón que mira de frente hacia la puerta, y pasé las horas desmenuzando mis pensamientos y temores entre las manos. Le llamé como 20 veces a la oficina, pero nadie tomó jamás la llamada. ¿Estaría trabajando realmente? ¿O sería esa mujer de labios rojos quien ocupaba sus oficios? Lo esperé porque lo amo. Y llegó. Llegó, dijo buenas noches, se quitó el saco y caminó pausadamente hacia el baño. ¿Esto que percibo es la estela de un perfume? Podría bien ser la loción, pero no puedo estar segura. Me levanto y me dirijo hacia el saco que ha quedado colgando del respaldo de la silla. Me acerco, lo huelo… Reviso las solapas, pues podrían tener la evidencia de un labial que no es mío. No encuentro nada, no huelo nada. Lo alcanzo en el baño. ¿Cómo estuvo tu día, amor?-le pregunto. Me mira cansado. Me besa la frente, casi me desmayo. En ese beso me ha devuelto la vida. Sí, soy la mujer que ama. Es a mi a quien regresa cada noche. Es por ello que yo con tanto esmero le espero. Me ha besado. Se desviste y se acuesta, y en un segundo está roncando. ¡Ah! Pero yo no puedo dormir de felicidad. ¡Me ha besado! ¡Es a mi a quien ama! ¿Con quién sueña que sonríe tanto?

  2. Narradora de Cuentos
    11 septiembre, 2016 at 11:01

    Te imagino cómo un hombre tierno, amable, dispuesto a llenarme de cariño sincero. Te imagino como un amante des inhibido, activo, dominante en determinados momentos, sumiso otros, pero siempre procaz lleno de deseo.
    Quiero que a la niña le saques la mujer que lleva dentro, que seas capaz de hacer que te desee con todas las ganas, de que es capaz de desear a un hombre una mujer. No te olvides de alegrarme la vida con tu sonrisa, de seducirme siempre con tus palabras. Quiero mirarte a los ojos y que tus pupilas me digan mudas lo que te suscito. Quiero disfrutar de esos besos que estos meses me distes y no me besaron. Que tu corazón se muestre grande sintiendo. Quiero hacer locuras contigo, llevármelas grabadas en la piel. Que tus poros se apoderen del aroma de mi cuerpo y si me dejas seguir siendo tu » Narradora de Cuentos» …

    Sonrió y le dio a ENVIAR

    Tumbada en la cama empezó a fantasear en cómo sería su deseado primer encuentro, que estaba al llegar .
    Llevaban meses «amándose» desde la complicidad de una pantalla… Desde un principio había sentido que eran el uno para el otro …
    Cómo sería la vida que llevaba el, su despertar, su cotidianidad, su familia, sus amigos, sus compañeros de trabajo …
    Qué hará en sus ratos de ocio cuando no se conecta… El último domingo le esperó hasta tarde ,le dijo que se había quedado dormido y no pudo conectarse …
    De pronto su mente empezó a enviarle imágenes que no deseaba, que no podía controlar, el fantasma de la desconfianza se apoderó de ella. Imaginó el cuerpo que amaba y que aún no había tocado, abrazando a otra !!!

    Busco el móvil USUARIO OCUPADO

    Creyó volverse loca!!!

    • 7 febrero, 2019 at 14:53

      Hola narradora de cuentos: te invito, si me permites, a expresar con más palabras e imágenes los sentimientos, ya que eres buena. Aquí tus celos podrían haber ido más jugosos…
      Perdón por manifestar esto. Seria muy bueno que todos nos aportáramos más…

  3. Inquisitor Glokta
    11 septiembre, 2016 at 16:55

    Rosa abrió los ojos de par en par, ¿cómo había podido olvidar borrar aquellos mensajes? El cielo tenía un aspecto grisáceo aunque la lluvia no se animaba a caer.
    -¿¡Quién es Julián y por qué os mandáis besos por whatsapp!?
    -Solamente somos amigos, te lo juro. –respondió ella con sinceridad.
    Su novio era dos años mayor que ella. Le exigía constantemente que le dijera donde estaba, le miraba los whatsapps, e incluso había llegado a amenazarle. Rosa era una chica de quince años, bajita y morena, que siempre había sido algo tímida.
    -¡Mientes!
    Rosa no tuvo tiempo a reaccionar, el puño de su novio golpeó su cara y la tiró al suelo.
    -Por favor, -dijo al levantarse del suelo- para.
    -¿¡Crees qué quiero hacer esto!? Yo podría estar con otras muchas chicas, pero lo he dado todo por ti.
    Recordaba cuando estaba soltera, viendo como sus amigas tenían novio, Rosa se había sentido tan deprimida… Sin embargo aquello era demasiado, no estaba dispuesta a vivir golpeada y con ese miedo constante.
    -Pues vete con ellas.
    -¿¡Crees que puedes dejarme!?
    El segundo golpe la tumbó al suelo, y sintió como varios de sus dientes salían volando. Sangraba a borbotones por la boca y no era capaz de hablar. Comenzó a recibir patadas. A pesar de cubrirse la cabeza con los antebrazos sentía con enorme dolor cada una de las patadas que recibía.
    Rosa se despertó de aquella pesadilla y se sintió feliz. Ya no tenía novio, hace unos meses había conseguido dejarlo. En la vida real no le había pegado, pero las amenazas y la presión hacia ella habían llegado a ser insoportables. Rosa había aprendido a quererse a sí misma. Ella cogió su bolso y salió de su casa. En el cielo lucía un sol resplandeciente, había comenzado el verano.

    • Aurora Garrigós
      13 julio, 2019 at 20:48

      Me ha gustado mucho. Desgraciadamente estas cosas están a la orden del día.

  4. Emilio Reyes
    11 septiembre, 2016 at 18:39

    Sus miradas eran fugaces, unas veces tiernas y otras sin embargo eran miradas que no llevaban a ninguna parte, pero lo decían todo, lo conocido y lo por conocer, pero se transformaban en miradas dañinas, hirientes, como cuchillos disparados buscando un corazón donde clavarse y desgarrarlo, hasta que su preciado elemento salga disparado hacia el sinsentido de la sin razón. Y que es el amor, una bonita manera de vivir o una enfermedad próxima a la locura.

    Nada más verse, las palabras daban las buenas noches, pero los ojos preguntaban mil cosas que podían estar encuadradas entre la esquizofrenia paranoide y el trastorno obsesivo compulsivo, preguntas que no tenían contestación, solo estaban en la imaginación, en ese lugar que nos roba el sueño noche tras noche.

    Al principio de la relación todo iba bien, en qué momento se torció el camino y nos llevó directos al infierno, en qué momento dejamos de ser dos para convertirnos en dos y medio. Perdió la confianza en mí, por Dios la confianza en mí, si siempre le fui fiel, y no será por que uno no tenga oportunidades, por que las oportunidades en el tema del amor no hace falta buscarlas, te llegan solas.

    Tanto fue el dolor, que un día no pudo aguantarlo más, cogió sus cosas y se marchó sin tan siquiera despedirse; es curioso, el miedo que los celos le llevaban a pesar que me perdería le provocaron el no querer convivir y marcharse y así perderme pero de una forma real, no en un mundo más allá de las nubes. Que extraño esto de los celos, que no deja vivir por lo que se teme y consigue que se pierdan nuestros más preciados tesoros.

    • Melina
      17 agosto, 2020 at 22:55

      Es muy bueno tu escrito

    • Guilores
      22 noviembre, 2020 at 10:01

      Me ha encantado tu relato. Tu forma de expresar los sentimientos y el ritmo y la musicalidad de las palabras son realmente brillantes. Enhorabuena!
      He detectado algunas erratas, imagino que del corrector de textos, pues «sin razón» se escribe junto y también ese porque de «por que las oportunidades en el tema del amor…»
      Saludos

  5. Cintia
    12 septiembre, 2016 at 02:03

    Todo parecía perfecto cuando estaba con Daniel, casi tan perfecto que tenía miedo de que no fuera real. Nos habíamos conocido por un sitio de citas en línea hacía unos cuantos meses y luego nos conocimos personalmente. Me resultaba increíble que hubiera funcionado algo así, es decir, cuando mi amiga me recomendó ese sitio solo le seguí la corriente para mostrarle que no funcionaría.
    Pero no resultaba tan perfecto cuando veía como otras mujeres le sonreían coquetamente, él no les hacía caso, pero sospechaba que sólo porque yo estaba ahí. Mis celos eran muy difíciles de ocultar, aun así él siempre se mostraba atento conmigo. Me llevaba a cenar muy a menudo y siempre anteponía su compromiso conmigo a los de su trabajo. Por eso, cuando me llamó para cancelar nuestra cita me pareció extraño, tampoco quiso decirme el motivo, así que decidí averiguarlo por mi cuenta.
    Llamé a su secretaria y le dije que tenía cita con él pero había olvidado el nombre del restaurant. Sabía que me arriesgaba dando pasos en falso, pero para mi suerte la secretaria me facilitó la información.
    Llegué diez minutos más tarde de la hora, esperando que ya estuviera ahí. Los celos me carcomieron por dentro cuando lo vi conversando animadamente con una castaña un poco más joven que él. Me acerqué intentando ocultar mis celos y esperando que aquello pareciera una coincidencia.
    —Hola amor —lo saludé plantándole un beso en los labios. No podía saber si la sorpresa le incomodaba o no, pero por un instante sentí su nerviosismo.
    —Es la chica de la que te hablé, Emma —me presentó a la castaña—. Emma, ella es Lorena, mi hermana. —Ahora la que estaba nerviosa era yo, había sentido celos de su hermana, ¿cómo me iba a disculpar por eso?

  6. Naddia
    12 septiembre, 2016 at 02:20

    -Ayer pensé que te gustaba Manoli y me puse muy triste.

    ¿Manoli?
    Te gusta ¿verdad? Es guapa…
    Es guapa,  pero no me gusta. 
    ¿Ves como te has fijado en ella?
    ¡Jamás me he fijado en ella!

    -¿Entonces por qué sabes que es guapa? 

    ¡Porque tengo ojos! ¡OJOS!

    -No hace falta que grites. Ya me he enterado de que te gusta. Tarde o temprano tenía que pasar. 

    Pues sí, me gusta Manoli y salgo con ella desde el día en que empecé a salir contigo. 
    No te creo. Lo dices para darme celos.
    No. Lo digo muy en serio. 

    Se hace el enfadado. Ella duda. Él se ríe. Prueba superada. Ya no tiene ganas de matarlo. Se quieren. Lo malo es que no sabe cuándo le va a decir lo de Manoli…

  7. 12 septiembre, 2016 at 20:10

    — Eres una envidiosa. — Dijo Yasmina, colocándose la camiseta sobre el pantalón elástico.
    — ¿Por qué dices eso? ¡Qué desagradable! —Llevaba días comportándose como una perfecta gilipollas, chico que me entraba, chico que me levantaba. Yo me preguntaba si los únicos hombres que había en los bares eran los que me miraban a mí. —Si tienes algún problema con Raúl me lo puedes contar. ¿Es por eso que estás tan borde?
    — No seas subnormal, a mí me va de puta madre con Raúl.

    Bajamos por las escaleras, ella delante de mí, caminando como si se hubiera tragado el palo de una escoba.

    — ¡No te des esos aires! — Ella sonrió con suficiencia y soltó:
    — ¿Ves como tienes es envidia?
    — ¿Me guardas las llaves en tu bolso? — Preguntó.
    — Si no hay más remedio…

    Al final conseguimos que uno de sus amigos pagafantas nos acercara a la zona de marcha. Después estuvimos de copas en un pub donde servían alcohol de garrafón. Entonces vimos a Simón.

    Le conocía de la Universidad. Le saludé pero él no se acordaba de mí. Yasmina apareció de repente y me pasó un brazo por encima de los hombros.

    — ¡Loca! ¿Te habías perdido? — Miró a Simón, poniéndose en pose.
    — Esta es Yasmina.

    Entre copa y copa, desaparecieron juntos, sin despedirse de mí. Salí del garito buscando caras conocidas. Encontré a Chema, el pagafantas, y a sus amigos, tendidos en el césped.

    — ¿Qué pasa? ¿Tu amiguita te ha dejado tirada?
    — Más o menos.

    Abrí la cremallera del bolso, tuve la intención de invitarles a algo, entonces vi las llaves de Yasmina reluciendo junto a mi cartera. No pude evitar soltar una carcajada.

    Al día siguiente me llamó hecha una furia, soltando todo tipo de improperios. Nunca volvió a ver a Simón. Un mes después, Raúl, su novio, la dejó.

  8. Sandra Carrion Estay
    30 septiembre, 2016 at 18:54

    ¡Hola hijita! ¿Còmo amaneciste?
    ¡Hola papà! Bien papito
    ¿Lista para ir al colegio?
    Casi, me falta ponerme el delantal. ¿Llamo a mi mami?
    Bueno…
    MAMAAA MI PAPA AL TELEFONO
    Chao papito… antes que me reten
    Chao mijita
    Hola
    ¡Hola corazòn!
    ¿Què quieres, estoy ocupada?
    Siempre estàs ocupada o apurada para conversar por telèfono con tu marido…
    Tengo que servir el almuerzo a los chiquillos y no tengo tiempo para hacer vida social
    ¿No tienes tiempo para nadie o solo para mi?
    ¿Para eso llamaste?
    No, llame como todos los dìas, para saber como amanecieron mi mujer y mis hijos. Pero siento que para ti, mis llamadas
    son cada dìa màs molestas
    No puedo perder tiempo conversando si los chiquillos entran al colegio a una hora determinada
    Si llamo en la tarde, no te encuentro… ¿Què debo pensar?
    ¡No sè!… Este tema me tiene cansada
    Aclaralo ahora
    ¿Què saco con decirte algo?… ¿Me crees?… Si ya te pasaste una pelicula en colores y diga lo que diga, no me crees
    La desconfianza no la he creado yo…
    Y tus celos no los causè yo…

  9. 1 octubre, 2016 at 23:12

    El amor que sentían Catalina y Alberto, el uno por el otro, era de aquellos inquebrantables. Pero, el tiempo y los cambios que cada uno sufre a lo largo de la vida, pueden llevar a sentir y hacer cosas no previstas en el guion inicial. Y eso fue lo que les sucedió.
    Se acercaba la fecha del quinceavo aniversario. Catalina estaba ilusionada por hacer un pequeño viaje, como el de recién casados. Sin embargo, Alberto no estaba por la labor.
    Catalina al principio, no le dio importancia a que no le apeteciera hablar de ello, pero a medida que se acercaba el día, ella precisaba conocer los planes para aquella fecha tan importante.
    Una noche, a su regreso del trabajo cansado por los muchos problemas sufridos, Catalina le planteó la cuestión.
    —Bueno, Alberto, se puede saber ¿qué tienes pensado para nuestro aniversario?
    —Pues la verdad es que estoy tan cansado, que no se me ocurre nada.
    La cosa no fue a mayores, pero sí que abrió una pequeña brecha entre los dos. Si ella estaba ilusionada ¿por qué él no?
    Los días siguientes fueron de un completo desencuentro. A ella la desconfianza le carcomía y él, que pasaba una fuerte crisis por la presión del trabajo, no encontraba la forma de apagar aquella situación.
    Pero, la llamada que Teresa hizo a Catalina antes de que regresara Alberto a casa, acabó por complicarlo todo.
    —Catalina, dígale a su esposo, que el jefe quiere que mañana nos dediquemos a cerrar la presentación del producto. Es posible que no pueda volver a dormir.
    En ese momento se produjo el incendio. Los celos bloquearon su mente y no le dejaron ver otra salida.
    Al llegar a casa, Alberto vio como los camilleros se llevaban el cuerpo de Catalina. Ésta se había quitado la vida.

  10. Aria Scee
    11 diciembre, 2018 at 22:41

    Querida amiga.
    Siento mucho haberte puesto en una situación tan complicada y encima enfadarme. Entiendo que no puedas elegir entre ella o yo, que el tiempo no tiene nada que ver. Te pido disculpas por meterte en tal compromiso y por encima pedirte que entendieras mi situación cuando aquí la culpable era yo, pero estaba celosa. Me daba envidia verte con ella, esos lazos que entre nosotras no estaban tan unidos.
    Así que lo mejor para todas es que me distancie, así cada una podrá ser quien es realmente. Total, hemos perdido la confianza una en la otra, no tenemos nada que perder.
    Espero por fin dejar de estar celosa, pasar página y ser feliz. Os deseo lo mismo.

  11. Trinidad.
    19 enero, 2019 at 22:13

    Estaban muy cerca ayer, eso me molesta. Sé que no tengo derecho a quejas pues solo somos mejores amigas pero eso no quita mis sentimientos por ti, aun cuando no los correspondes. Ya no me hablas tanto, siempre andas cerca de ese estúpido, entiende que no te quiere ya tiene pareja. Cada vez te distancias más de mí, me dejas de lado, me haces enojar, ya no quieres ser mi amiga aunque te apoyo, aunque te cuido, aunque te amo…eso te importa poco, ¿eh? Solo te preocupas por alguien a quien no le interesas, alguien que te dejara en el olvido cuando se aburra de ti. Y cuando eso pase, no vengas por mí, yo ya me habré ido por mucho que quiera quedarme, pues finalmente soy la única que está sufriendo.

  12. 7 febrero, 2019 at 14:42

    Tus ojos tristes, oscurecidos de dolor, opacos de celos.
    Querido Nazareno
    Te escribo esta carta sorprendida yo misma de hacerlo…, pero es que todavía me duelen tus ojos tristes, oscurecidos de dolor, opacos de celos. Te desconocí la ultima vez que te vi. Todavía me pregunto, si de verdad, eras tú.
    Es cierto que en los últimos meses comenzamos a comportarnos como los personajes de “orgullo y prejuicios” amándonos sin amar… hiriéndonos en cada palabra… ¿Por qué desconfías tanto? ¿Qué cuestiones internas te motivan a no creer que te quiero? Sabes que me siento libre para elegir y te elegí…
    Sé que me conociste inaccesible, impasible. También reconozco que mi vanidad te lastimó muchas veces. Pero fui trabajando esos aspectos grises de mi personalidad. Posiblemente el no sentir celos yo misma, me hacen incapaz de adivinarte.
    Algo que si deseo aclarar es que no quiero perder mi libertad para tratar con las personas. Además, sabes que nunca me sobrepaso con nadie, la formación recibida, me moldeó para ni siquiera saber cómo hacerlo. Por eso, es que no entiendo qué te mueve a celarme.
    Te amo de verdad, por eso, te pido que comiences una terapia que te ayude a trabajar este aspecto de tu personalidad. No te lo pido por mí. Estoy pensando solo en ti. Ni siquiera me animo a requerir que nos demos otra oportunidad. Sé que en este momento es imposible. Y en el futuro estarás libre para amar de verdad a quien tu quieras. Solo deseo que ella devuelva la alegría a tus ojos, y que vuelvan a ser verdes claros y chispeantes. Si eso es así, yo seré la mujer más feliz del mundo.
    Para mí fue bueno conocerte, tu amor me sanó en muchos aspectos, soy mejor persona gracias a ti.

    Amándote Siempre, Yahel

  13. Aurora Garrigós
    13 julio, 2019 at 20:41

    Sus ojos se calvaron en Daniela, destilando el rencor que invadía su corazón. Desde que su hermana nació su vida ya no era la misma. Mamá no le prestaba la atención que necesitaba y el rato que papá siempre había dedicado a jugar con él, ahora era para aquella mocosa llorona y malcriada. Al menos así era como lo vivía Simón, un niño de ocho años, regordete y cariñoso. Sin embargo, desde hacía un par de años, su comportamiento se había vuelto arisco. Sus padres intentaban no mostrar cariño hacia la niña delante de él, pero no era suficiente.
    Aquel era un día especial para la familia, Daniela cumplía tres años. Los invitados agasajaban a la niña llevándole regalos. Simón, observaba desde lejos el evento con el ceño fruncido. Los celos le impedían ver la situación con claridad. Odiaba a su hermana con todas sus fuerzas y su mente empezó a buscar una solución que terminara con su angustia:
    ¿Y si se cayese por las escaleras?, —pensó— seguro que se mataría y yo dejaría de sufrir.
    En aquel instante, Daniela echó de menos su juguete preferido y quiso bajar al sótano a por él. Simón se ofreció a ayudarla con una sonrisa, sorprendiendo gratamente a mamá. ¡Era el momento esperado!
    En la escalera soltó la mano de su hermana de un tirón, corriendo escaleras abajo y logrando desequilibrar a la niña. La caída era inminente. Los ojos de Daniela mostraban el terror que sentía mientras se tambaleaba al filo del escalón.
    —¡Tete!—susurró la niña, mirando los ojos de su hermano. Nunca antes lo había llamado así. Aquella simple palabra fundió los celos de su corazón en milésimas de segundo y se esforzó en agarrar a su hermana con fuerza para evitar que cayera….a partir de aquel día todo cambió.

    • María Cervera
      23 septiembre, 2020 at 15:01

      Yo también he utilizado los celos hacía los hermanos como argumento. La historia es bonita. Creo que hay algún error tipográfico. Felicidades

  14. Antonio Santos
    2 febrero, 2020 at 16:25

    Después del ataque de Dientes de Sable, nadie se atrevía a abandonar el amparo de la caverna. Pero para el joven Saalaj no existía nada en el mundo que le arrebatara las ganas de observar el cielo nocturno. Estrellas y constelaciones eran dibujadas en los cueros de los animales sacrificados, contando así el origen de todo lo que camina, vuela, nada y se arrastra en Gran Llanura. Lo sabía bien porque su abuelo Fednaum era el que le contaba todas esas historias fantásticas que daban sentido a la vida.

    «Hace muchos, muchos ciclos, cuando los dioses aún no habían nacido y Tierra daba sus primeros pasos en el vacío infinito – le contaba su abuelo -, Sol y Luna vivían juntos en el cielo. Su historia de amor sembraba de felicidad y cariño todos los rincones de Gran Llanura. Un día, Sol hizo reír tanto a Luna que estalló en una carcajada que salpicó con cuatro bellos puntos la oscuridad de la noche. Luna se quedó tan maravillada con esas pequeñas luces brillantes, que pasó el resto de la tarde ensimismada con su magia. Las llamó Estrellas. No podía dejar de mirarlas con una sonrisa en la cara. Entonces Sol, consumido por los celos, discutió con fiereza con Luna y se marchó al otro lado del horizonte para llorar su desconsuelo. Pero al marcharse y retirar la luz que irradia nuestros campos, la oscuridad en la que quedó Luna mostró la auténtica belleza del firmamento inundado de luces de distintos colores y tamaños. Tiempo después, Sol salió en busca del perdón de Luna, haciendo invisibles todas las estrellas. Luna, enloquecida de amor por sus pequeñas luces, se retiró con ellas al lado oscuro de Tierra para evitar que la intensidad de Sol acabara con ellas. Y así ha seguido hasta hoy. Persiguiéndola más allá del horizonte día tras día, en una historia de amor, celos y desconfianza, regalándonos el pasar del tiempo.»

  15. Ali
    19 marzo, 2020 at 15:00

    Me acuesto sobre la cama, siento al tacto tu suave edredón de pluma, respiro, observo el techo blanco y te pienso, te pienso dormido, exhalando lento, soñando un par de párrafos que no escribí. Te veo con tus brazos extendidos a cada lado o te veo de perfil con tu mentón perfecto, sin hablar, ni contar, te imagino. Mis manos están frías y no encuentran las tuyas, me angustio, te idealizo y siento que muero. Una vez más te pienso e intento, pero despiertas, la ves a ella… La tocas a ella y la besas y la amas.

  16. 1 abril, 2020 at 12:08

    Darle vueltas y vueltas a la cabeza se había convertido en uno de mis pasatiempos preferidos, trataba de descifrar si lo que sentía eran celos. Carles -mi marido- tenía una nueva compañera de trabajo, por lo que él decía era brillante en la ejecución de su trabajo como abogada, se pasaba todo el día poniéndola adjetivos que jamás había oído salir de su boca hacía mi, llevábamos 10 años casados, y durante el último año esa mujer había ejercido una atracción fatal sobre mi marido, al menos eso era lo que yo pensaba. Me empezaba a sentir disminuida y la desconfianza hacía él crecía como la levadura en el pan. Carles y yo manteníamos un idilio que hasta la fecha se había mantenido, él era mi confidente, yo su mejor amiga y amante, todo lo hablábamos, todo lo discutíamos, todo, todo y todo. Si algo me pasaba, él siempre estaba, si tenía una idea, él la secundaba y apoyaba en todo lo que pudiera, los encuentros casuales se daban continuamente, nos buscábamos como el creyente busca a Dios, sí, esa era nuestra gran definición como pareja. Era 25 de marzo, ese día me lo había tomado libre para liberarme del strees que últimamente me aquejaba por el trabajo, decidí ir a la peluquería y luego darle una sorpresa a Carles, quería llevarle a comer a ese restaurante indio del que tanto se hablaba en las redes. Al entrar en su oficina -como otras tantas veces-, noté que su secretaría -Cristine-, no me saludó efusivamente como en otras ocasiones, al preguntarle por Carl, me dijo que estaba reunido en su despacho con orden de no molestarle, un tanto decepcionada, le dejé una nota y me marché. Aquella noche Carles llegó mas tarde de lo acostumbrado a casa y no me dijo nada sobre la nota que le había dejado, sólo comentó que estaba cansado y que se iba a la cama. Mi furia aumentaba por momentos hasta casi dejarme sin respiración, no quería montar un numerito, así que me calmé, respiré hondo y me fui a nuestro dormitorio, Carl al verme me acogió muy cariñosamente, este gesto hizo que mi furia se templara, y por un rato hasta que nos dormimos los dos convivimos juntos en nuestro preciado universo. Al día siguiente, todo se me había pasado, y Carles estaba como siempre, al menos eso es lo que yo quería creer. Antes de salir de casa, se me acercó, me dio un beso en la mejilla, me dijo que me quería y después comentó algo sobre el fin de semana fuera de casa por motivos de trabajo. Sentí que el estomago se me agarrotaba, sólo las palabras bastaban,

  17. Pyl
    8 abril, 2020 at 01:30

    Son las 3 de la mañana, he tenido otro de esos sueños en los que Roberto, se iba con otra chica. “Maldita sea, ¿Por qué no puedo tener un cuerpo escultural?, así no tendría que preocuparme porque me dejara”.
    Voy por un vaso de agua, regreso y trato de dormir. Tomo mi teléfono y me pongo a ver las noticias de Facebook, no hay mucho contenido nuevo a estas horas, pero basta para distraerme. Comienzo a sentir los ojos pesados así que decido dejar el teléfono y dormir.
    “Bling” escucho el sonido del celular de Roberto, “¿Quién carajos le manda mensaje a estas horas?”, me despierto y me pongo a debatir si valdrá la pena revisar su teléfono o no. No creo que se dé cuenta, tiene el sueño muy pesado, el problema es que tiene la maldita costumbre de dormir con el teléfono debajo de la almohada; solo un vistazo rápido y ya, trato de sacar su celular con cuidado cuando comienza a sonar, mierda una llamada, trato de acostarme nuevamente y hacerme la dormida.
    –Bueno. Si, estaba durmiendo, ¿ya viste la hora? – se frota la cara tratando de despertar –bien bien, cálmate, voy para allá- termina la llamada y maldice; hago como que me despierto y entre bostezos falsos le pregunto que quien le llama a esas horas, pero no consigo respuesta.
    Se pone un pantalón y zapatos, me da un beso en la frente y me dice –vuelve a dormir regreso pronto- ¿cómo espera que pueda dormir? si va a ir a ver a quién sabe quién, tal vez debería seguirlo para estar más tranquila.

  18. Esther
    12 junio, 2020 at 16:54

    Javier y Paula eran una pareja muy feliz, hacía tres meses habían tenido a su preciosa hija Sara, una niña sana y tranquila. Sara no pudo darle el pecho por unos problemas estomacales antes de su embarazo, donde tuvo que tomar bastantes tipos diferentes de pastillas y los médicos, por precaución desaconsejaron la alimentación materna. Así pues cualquiera podía alimentar a la pequeña sin ser necesario que la mamá estuviera pendiente de ello. Javier se desvivía por la niña, al llegar del trabajo y saludar en primer lugar a su mujer, se dirigía a ver a la niña, cogerla, mecerla y colmarla de besos. Paula los observaba y sonreía. Fueron pasando los meses y la conexión entre padre e hija se fue haciendo cada vez más fuerte, hasta el punto que algunas veces, cuando Paula cogía a la niña ésta lloraba y no paraba hasta que el papá la cogía. Al principio a la madre no le importó, pero poco a poco empezó a pensar que su hija no la quería, o al menos, no como a su padre. Paula se volvió más reservada y melancólica, nunca sonreía ya, empezó a sentir unos celos enfermizos por la niña, no soportaba ver como Javier, la cogía, la bañaba, le daba de comer, jugaba con ella. Paula no deseaba sentirse así, quería con locura a la niña, pero no podía reprimir esos celos cuando Sara y Javier estaban juntos. Su relación de paraje también sufrió por este motivo, pues ella, incapaz de hablar con él solo mostraba su malhumor y empezaron a tener pequeñas discusiones. Un día en que la pequeña estaba en casa de sus abuelos maternos, Javier le dijo a Paula que así no podían seguir, que tenía que explicarle que le estaba sucediendo o su matrimonio, no resistiría más. Ella al principio cohibida no quería expresar sus sentimientos por vergüenza y por miedo a perder a Javier. Javier entendió todo el problema que le generaba a Paula los celos de su hija y decidieron buscar ayuda profesional y así lo hicieron. Han pasado ya 10 años y Paula, Javier, Sara y Sergio el hermanito pequeño, son una familia realmente feliz. Paula gracias a la ayuda de un psicólogo puedo superar con éxito sus celos y nunca más los volvió a tener.

  19. Luis Martin Rivera Morales
    9 julio, 2020 at 05:29

    He visto cómo la miras, he escuchado tu tímido hablar ante ella, tu exposición tan evidente del deseo de ser sometido por su fuerza. No sólo la respetas al hablarle con cariño, no sólo la felicitas al darle una abrazo, no es tu única intensión ser amigos cuando le tocas y acaricias el hombro. Ni a ella ni a mi nos engañas, ni a nadie más, y a costa de que eres mi amigo y que te aprecio por haber pasado por mucho conmigo, no puedo dejar pasar el hecho de que sigas imprudente ante el amor mío. Desde antes de que la vieras por primera vez, me encaminé en desbloquear el corazón tan cerrado del que hoy es mi paraíso, y aun a costa de su interés evidente contigo, no me desanimé y continué con lo mío.

    Te mentiría si dijera que no la celo, y que no he sentido deseos por vengarme al observar tu comportamiento, pero es porque eres mi amigo, que en lugar de eso te escribo este aviso, calma aquellos deseos fervientes por la mujer más poderosa que haz conocido, porque esta batalla la gané yo, y defenderé mi terreno si así es debido.

  20. Cristina SR
    9 agosto, 2020 at 21:36

    Digamos que dentro de mí hay otra persona. Digamos mejor que hay varias personas. No es posible que yo quiera pensar y sentir de una forma y mi cabeza me lleve por otro camino.
    Estudiando la situación, he llegado a la siguiente conclusión. A la desconfianza y celos, se llega por distintos motivos, pero siempre se trata de un sentimiento conocido. Es decir, si nosotros no experimentásemos vivencias que pudiesen o hayan desencadenado ese tipo de reacciones, digamos que podríamos vivir más en paz. O más en plan: si me entero de un engaño, lo único que tengo que hacer es seguir con mi camino y eliminar aquello que me causa dolor, porque ese elemento tóxico en mi vida me impide caminar feliz y con salud. Fácil, ¿no?

    Pero vayamos más a lo profundo de nuestro ser. Vayamos a lo que de verdad tenemos ahí dentro escondido y que sólo con nosotros mismos a solas podemos cercar y reconocer, aunque sea un golpe duro. Mi sentimiento de desconfianza no viene generado por otra cosa que por mis propios actos hacia muchas personas que han pasado por mi vida. Porque lo primero soy yo y mis intereses y, para salvaguardarlos y defenderlos, en ningún momento voy a retroceder y perder lo ya ganado. Tengo que seguir por mi camino, por ese que me lleva a donde yo quiero llegar. Maquiavélico, dirás. De lo poco que hemos aprendido en filosofía en la escuela, todo el mundo se acuerda de ese fin que justifica los medios. Y, ¿por qué será? Indaga en lo que has hecho a los demás y en el miedo que te genera que te puedan hacer lo mismo.

    Acepta que la vida seguirá siendo vida y que nadie es imprescindible.

    • Guilores
      22 noviembre, 2020 at 10:21

      Me ha gustado mucho tu relato. Enhorabuena!

  21. Asara
    15 agosto, 2020 at 03:26

    Ana era preciosa. Y no solo hermosa, sino carismática, generosa y dulce. Siempre que se reunían todos, cuando llegaba Ana sonriente, María sentía una especie de punzada en el estómago. Hacía ya tiempo que la mera presencia de Ana desencadenaba una serie de emociones negativas en María.
    Desde pequeña, María había sido una más: no destacaba, ni para bien ni para mal. Era víctima de un sentimiento de mediocridad que agravaba su inseguridad día tras día. Ya de adulta, lo único que había conseguido era esconder mejor esa faceta. Al conocerla, nadie sospecharía que una amalgama de pensamientos turbulentos cruzaba la mente de María con cada sonrisa que dedicaba a su interlocutor.
    Tras muchos errores, abandonos y dolor, María había desarrollado una técnica camaleónica a lo largo de los años que le permitía adaptarse a cada persona y cada situación. De hecho, incluso se permitía sentir cierta esperanza cada vez que alguien nuevo aparecía en su vida. Pero tarde o temprano, sus fantasmas resurgían. Sus inseguridades le hacían desconfiar de todo y todos. Al fin y al cabo, María consideraba que la mayoría eran, por naturaleza, criaturas egoístas que no dudarían en poner la zancadilla a cualquiera con tal de conseguir lo que querían. En cierto modo, era un mecanismo de defensa: María ya había experimentado demasiadas desilusiones, había recibido demasiadas puñaladas. Su subconsciente la traicionaba y, poco a poco, María comenzaba a ver en la gente más defectos que virtudes hasta que, al final, solo veía los defectos.
    Ana se giró hacia María y sonrió sin malicia mientras le ofrecía un aperitivo. Hacía tiempo que María sentía un impulso incontrolable de criticar a Ana a sus espaldas a diestro y siniestro. Al fin y al cabo, María tenía claro que nadie era tan gentil sin querer nada a cambio. María siempre tenía algún comentario mordaz preparado por si se daba (o por si ella creaba) la oportunidad de hablar sobre Ana con quien fuera.
    María, cegada por años de resentimiento acumulado, no se daba cuenta de que la gran mayoría a su alrededor podía percibir, consciente o inconscientemente, sus celos y su negatividad. Poco a poco, sin darse cuenta, muchos sentían la necesidad de alejarse de ella para escaparse de… ni siquiera sabían de qué. Y así, el ciclo vicioso se completaba y sus peores temores se hacían realidad: María se quedaba sin amigos porque ella misma no era capaz de confiar en nadie.

  22. Melina
    17 agosto, 2020 at 23:32

    ¿Qué son los celos, en sí?

    Es una eterna retahíla de tus inseguridades, tus miedos.

    Miedo a ser abandonado, miedo a que te reemplacen, miedo a que alguien sea mejor que tú, miedo al desamor y a la inevitable caída que conlleva a amar.

    Y pensaba de aquella manera al mirarlos a ambos, dos mitades perfectas de un todo, con sus tonos chocolate y la bella contrariedad que exudaban.

    A veces, mientras nos hallábamos todos en la misma cama, cada uno opuesto en un reflejo fiel, abrazados a mi cuerpo, aquellos miedos me perseguían y yo huía de ellos como si me fuera la vida en ello, como si mi alma estuviera empeñada al mismísimo diablo y esta fuera una carrera para recuperarla.

    ¿El amor que se tenían, rebasaba al que sentían por mí? ¿Acaso era yo suficiente? No me malinterpreten, no me menosprecio, ¿pero que amor es siquiera comparable al que sientes por tu complemento, tu gemelo?

    En noches como esta, estando yo en el medio de sus atenciones y sus sueños, se atraían y no permanecían tranquilos sin sentir al otro, y el miedo, el incorrecto e impensable miedo me atraía en sus espantosas garras.

    ¿Quién soy yo para interponerme en el medio de ambos?

  23. María Cervera
    23 septiembre, 2020 at 14:57

    Ahí estaba él, en la cama de mis padres, durmiendo plácidamente. Con un espacio enorme a su alrededor, para poder abrir brazos y piernas. La persiana casi bajada, dejando paso a través de sus agujeritos, los rayos de sol de la tarde y el viento fresco de septiembre. Yo, en cambio, seguía en mi habitación, en la litera superior, con la barandilla de protección rota y con un colchón con olor a moho, regalo provisional de mi tío Juan, que sustituía al mío hasta que mis padres me consiguieran uno nuevo. Mi madre decía que ya no había manera de eliminar el olor de mi orina. Enuresis, dicen que se llama, están buscando el origen de mi problema.

    Particularmente, tengo clara cuál es la causa de todo lo que me pasa. Y es mi hermano pequeño. Desde que llegó a este mundo, no he dejado de encontrarme mal, por un motivo u otro. Siempre soy culpable de todo lo que pasa, nunca cuido bien de él. Veo como mis padres lo cogen en brazos, lo besan, lo miran con esa cara… y siento una horrible quemazón en el estómago, que se va transmitiendo por todo mi cuerpo hasta llegar a la cabeza. Mi cara y mis orejas arden. Mis ojos empiezan a lagrimear y tengo un nudo en la garganta que me impide gritar.

    Lo sacaron de mi habitación porque quise ahogarlo con la almohada, ese día, los celos ganaron la partida. Me pegaron y me gritaron. Dejaron de hablarme. Ahora me siento solo y sin consuelo. Pero, de momento, tengo el juego controlado.

  24. Guilores
    22 noviembre, 2020 at 09:58

    Me ha encantado tu relato. Tu forma de expresar los sentimientos y el ritmo y la musicalidad de las palabras son realmente brillantes. Enhorabuena!
    He detectado algunas erratas, imagino que del corrector de textos, pues «sin razón» se escribe junto y también ese porque de «por que las oportunidades en el tema del amor…»
    Saludos

  25. 24 noviembre, 2020 at 21:20

    Aquí estoy, como una magdalena, enjugando las lágrimas en el pañuelo y sorbiendo los mocos con sollozos entrecortados después de que mi pareja me haya abandonado. Y no es la primera vez que me ocurre esto mismo. Admito que puedo ser yo la causante del problema y que la solución pasa por luchar contra mis propios fantasmas, aquellos que dejaron un profundo surco marcado en mi alma. A veces consigo enfrentarlos, incluso derribarlos y otras pierdo la batalla estrepitosamente desde el primer momento. La traumática experiencia de una infidelidad pretérita mermó mi capacidad de confiar en los hombres. Desde entonces me cuesta ser objetiva y encontrar el equilibrio entre no pecar de desconfiada y tampoco de ingenua, y, a veces, si descubro un desliz en mi pareja, por leve que sea, se transforma en una oscura sospecha que dispara mis alarmas. En ese instante, si no consigo controlarla, mi imaginación me traiciona de forma disparatada y empiezo a inventar dudas punzantes, señales inexistentes y falsos indicios que se clavan como aguijones en mi maltrecho corazón y prenden la hoguera de la sinrazón ante la inminente amenaza que presiento. Le siguen las suposiciones infundadas, los porqués sin respuesta, las falsas conjeturas que hieren mi autoestima y alimentan mi desánimo y mi angustia. Después, todo viene de corrido, con miradas fugaces, preguntas lanzadas al aire como dardos envenenados y silencios atronadores que tratan en vano de enmascarar el desbordante rencor que se ha apoderado de mí, ese que me ofusca y me ciega, y la cólera furiosa que me invade y me domina hace que broten de mi boca palabras tan monstruosas que ni siquiera soy capaz de recordar. Llegado a este punto sé que he perdido la razón y también la batalla y es el momento de empezar a flagelarme y sabotearme.
    Es curioso cómo la absurda desconfianza se ha vuelto mi enemiga. Fue la que me llevó a pensar que le perdería, la misma que ha hecho que le pierda.

  26. Jose
    24 diciembre, 2020 at 13:43

    Hace rato que debería haber subido las fotos a la plataforma. ¿Aún no? pero, ¿a qué espera? Se supone que lo pasamos bien. Además, fue él quien quiso hacer varias tomas. Por el ricitos ese, que ¡anda no dio mal! Que si “vamos a tomar algo a otro sitio”, que si esto, que si lo otro… Chico, si tanto te gusta ese sitio vete tú.

    En fin. A ver… nada, su muro está igual. Quizá no se ha recargado bien la página… ¡Ahí está! Un momento… ¡Si no ha publicado la foto en que salimos juntos! Ay Dios. ¿Me quieres decir que después de toda la noche soportando chorradas no tiene la delicadeza de poner una conmigo? Ni me ha etiquetado. Esto es el colmo. Ahora mismo se la voy a comentar. No a él, al otro. Que se jodan.

    «A esas horas los ricitos ya iban a su aire… jejeje». No, lo de ricitos es pasarse.

    A ver si han contestado. Qué raro, no veo la foto. No puedo ver su perfil… ¡Ay que el engendro este ha cancelado nuestra amistad! Voy a escribirle ¿Qué se ha creído?
    – “Hola guapo ¿Qué tal? Oye he visto que no puedo ver tu muro. Te lo quería decir por si era un error o algo 🙂
    – No hay ningún error…
    – Ah… ¿he hecho algo que te haya molestado? Si es así lo siento, de verdad, solo…
    – Mónica, déjalo ¿vale?
    – Pero, ¿qué he hecho?
    – David es amigo mío y fuiste muy impertinente con él. Y conmigo también. Si te he dado alguna esperanza… olvídalo.
    – ¿Qué dices, engreído? Mira, esta noche he quedado con dos amigos y nos lo vamos a pasar genial. Y tú y el ricitos os podéis ir a tomar por culo, os gustará.”

    ¡Qué imbécil! A ver si sale alguien hoy…

  27. Carlos Alberto Pino
    7 enero, 2021 at 17:45

    Venancio, se levantó de la cama por segunda vez, prendió el televisor del cuarto, buscó Youtube y buscó la música relajante que lo haría dormir, se preparó su vaso de leche tibia y miel, y se acostó de nuevo. El corazón le palpitaba fuerte y se tomó un calmante. Aunque no quería no podía dejar de imaginarse a Juan Carlos en algún rincón de la oficina, comiéndose a su jefe, su colega o incluso al portero del edificio donde trabajaba. Ya lo habían hablado desde el principio, Juan Carlos trabajaba en un call center y los turnos de noche eran muy frecuentes. Venancio había leído libros de auto ayuda, había pagado sesiones con el terapista, y hasta había consultado a la espiritista de su amiga Betty. Pero él no lograba controlar esos celos enfermizos que lo llevaban a imaginarse cosas sin fundamentos.

    Venancio se mostraba fresco, nunca le comentó a Juan Carlos como se sentía, el grado de desconfianza que le tenía, recuerdo el día en el que no pudo aguantarse y en pijamas salió a las 3 de la mañana de su casa, y lo esperó escondido en el carro a que saliera del trabajo, siguió la pequeña van que distribuía a los trabajadores de la compañía hasta sus respectivas casas. La falta de sueño, lo estaba matando, en los últimos resultados médicos todo estaba fallando, y el doctor le sugirió bajar los niveles de stress. Por tal razón, muy en contra de sus deseos, Venancio decidió hablar con Juan Carlos la mañana siguiente y terminar con la relación, no era lo que quería, pero la zozobra de cada día estaban consumiendo su tranquilidad.

    Todo se resolvió tranquilamente, Venancio consiguió un apartamento donde mudarse la semana siguiente, la primera noche después de la mudada, Venancio sintió que su vida volvía a ser suya otra vez, cayó fundido y seguro, durmió como nunca en los últimos dos años.

  28. Neura
    14 febrero, 2021 at 10:25

    “No es que desconfíe de ti, sino de mí.”

    Esas palabras se ocultaban tras la mentira impuesta. No por deslealtad, sino desconfianza. Desesperación, desastre, desprendimiento. Desvinculación. El hilo rojo que nos unía fue sustituido por cinta de carrocero, débil y ordinario material adhesivo. Mancillado era nuestro vínculo. Por razones externas a mis sentidos.

    Ese día no te vi delante del espejo, sino tras él. Creo recordar, me encontraba medio metro detrás de tu espalda, parcialmente reflejada. Observando el punto negro que aparecía en tu pecho, opalescente. Proyectando hacia un centro de mi cabeza ligeramente desplazado hacia la derecha. De donde comenzaron a salir mis demonios.

    No cambiaste tú. “No es por ti, es por mí”. No fueron esos tacones los que cambiaron el ritmo de los latidos de mi corazón, sino las pulsiones armónicas de tu masculinidad, las que compusieron la marcha bélica de mi desaparición.

    Nunca volví a soltar la caña de hilo rojo. No sin ver que todas aquellas presas de mi amor ocultasen su agujero negro. Hasta que la desconfianza abriese mis ojos.

  29. 7 marzo, 2021 at 22:04

    Subió al auto enfurecido y se dirigió directo a su departamento. Manejando sin prestar atención al tráfico fue repasando la discusión con su novia, todavía fresca en su memoria.
    -Primero, ¿¡desde cuándo agrega gente del gimnasio al WhatsApp!?- gritó para sus adentros mientras pasaba un semáforo en amarillo.
    Al subir a la autopista y con el pie un poco más pesado gritó hacia afuera – ¿¡Y quién carajo es Facundo!? ¿¡Y por qué le manda mensajes un Viernes a las ocho de la noche!?
    Ya en su hogar, se preparó para dormir todavía pensando en la pelea. Tomó su teléfono y le escribió a su pareja un monólogo sobre los motivos por los que le parecía mal que se escribiese a escondidas, y la indignación que le producía que no le hubiese avisado que estaba hablando con otro.
    Al lavarse los dientes recordó algo que le dijo -No se por qué te ponés así. Me pasa rutinas de entrenamiento nada más. Además, tiene novia, así que no está buscando nada raro, ni yo tampoco.
    -Por supuesto, la excusa perfecta de tener novia- pensó, y siguió -pero yo sé lo que quiere, lo mismo que quieren todos los hombres; pero ella se deja engañar; cree que quiere ser amigo, pero, ¡la amistad entre el hombre y la mujer no existe!
    Una vez en la cama se dispuso a dispuso a dormir, pero no logró conciliar el sueño. El diálogo interno no le permitía calmarse.
    Sin haber pegado un ojo, tomó su celular bien temprano y se fijó si tenía a este tal Facundo en su Facebook. La confirmación de esto fue demasiado para él.
    -Mariana, o lo borrás de todos lados y dejás de hablarle o terminamos- fue el mensaje de voz que envió. Pero la respuesta nunca llegó.

  30. BVV
    16 febrero, 2022 at 17:21

    Entré por la puerta como un día normal después del trabajo, pero me encontré con una cosa inesperada. Ahí estaba delante de la puerta el momento que estaba esperando desde pequeña. Estava Marc con una camisa blanca y una americana negra, llevava los pantalones de color blanco arena. En la mano izquierda sujetaba una caja de bombones azul y en su derecha un ramo lleno de flores.
    Solo dejÉ la chaqueta y me empezó a hablar:
    -Carla Campos Diaz, te tengo que preguntar una cosa muy importante para mi, ¿serás sincera?
    -SÍ- Le contesté yo.
    Yo ya había preparado cada momento, cada palabra que tenía que decir, pero me surgió un imprevisto…
    -¿Estoy guapo?-Me preguntó.
    -Si, muy guapo- Le contesté.
    -Perfecto, adiós- Me dijo esto y salió por la puerta.
    Yo no me iba a quedar ahí delante plantada detrás de la puerta, yo iba a entender lo que acababa de surgir.
    -Que Marc, ¿te vas así sin más?- Le pregunté
    -Me voy a una cita- Me respondió.
    -Llevo esperando que me pidas salir toda la vida. Por un día pensé que iba a suceder, pero no, prefieres irte con otra a pasar el rato porque tienes una cita.- Le dije con los ojos mojados de lágrimas y gritando.
    El cerró la puerta y me dijo:
    -Es normal que estes celosa, yo también de pequeño lo estuve cuando tu estabas con ese tal Cristian. Bueno en verdad también lo estaba ahora, no tengo ninguna cita, era para darte celos, y lo he conseguido.
    En ese día comprendí que para evitar los celos tienes que hablar, simplemente hablar.

  31. 11 marzo, 2022 at 00:33

    Hoy es un día caluroso, el primero del mes de agosto. El padre de Martha un ingeniero químico, le ha hecho a su hija una piscina con los restos de una camioneta Pickup y unos bloques de hormigón. En el agua de la alberca, Martha y su vecinito José sueñan con ser Pilotos de combate, el agua es su red de protección cuando los aviones se estrellan en las alturas.
    Martha tiene 5 años, al igual que su compañero de juegos, van a la escuela juntos, ella pinta unicornios en su cuaderno y José carros de carrera. Dentro de 2 semanas querrán ser bomberos, un mes después detectives, luego músicos famosos; pero siempre colegas, siempre juntos. Se darán el primer beso a los 9, detrás de un cedro en el recreo.
    Cuando Martha tenga 12 sus padres se mudarán a otra ciudad, es necesario que la niña tenga una educación adecuada. Con 17 Martha abandonará a sus padres con una mochila de ropa y su antiguo vecino prendido de la mano, un estante repleto de premios escolares sería único testigo de la fuga. Ella obtendrá trabajo en una farmacéutica privada, él cantará en Clubes por las noches. Se casarán con 17, él le regalará un anillo de diamantes que robó en un Bar. Con 22 años el atractivo José atraerá mucha atención y su esposa encontrará datos dolorosos revisándole el teléfono. Con 25 años ella creará un agente bioquímico a escondidas. A los 26 José llegará con marcas en el cuello y al día siguiente una afección pulmonar le chupará la vida. Seis meses más tarde morirían varios millones de personas por un virus letal.
    Pero ahora tienen 5 años, sonríen salpicándose agua uno al otro.
    —¡Qué niños más lindos!—Piensa la mamá de Martha mientras trae bocadillos de merienda.

Responder a Inquisitor Glokta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


*